Títeres de La Granja de Zenón
Fabrícate tu propia obra de teatro en casa con los títeres de La Granja de Zenón
Érase una vez un bebé a una marioneta pegado. Una mano ocupada por una manopla o calcetín a la que tu bebé sólo responderá con un: «Bartolito títere».
Lo mejor de todo es que tendrá un amigo siempre acompañándole en la palma de la mano, nunca mejor dicho.
La marioneta se le quedará pegada a los dedos y no se la quitará ni con agua caliente.
¿Tu bebé se monta películas él solo viendo los vídeos de La Granja de Zenón? Espera, que ahora se puede montar otra cosa. Te cuento…
Cuando tenía 10 años mi madre me apuntó a clases de teatro. La presión me podía. Me daba mucha vergüenza actuar y hablar delante de la gente fingiendo un papel. Duré dos días. Y decepcioné a mi madre porque me gustaba ninguna de las actividades a las que ella me apuntaba.
Más adelante, aprendí a fabricar marionetas caseras con calcetines viejos y plastilina. En secreto, ensayaba con mi abuela una obra de teatro para representarla delante de mi madre cuando me recogiera después de trabajar el día de su cumpleaños.
Yo desarrollé todo el guión. Mi abuela me seguía todo el rollo. A mi madre le encantó y siempre me ha dicho que nunca le han regalado nada mejor que esa performance amateur de marionetas.
Hace poco rebusqué en los baúles y cajones de casa de mi abuela a ver si encontraba aquellas marionetas. Desafortunadamente, han desaparecido. Habrán acabado en algún vertedero después de crecer y haberlas abandonado.
Es lo que tiene comprar y fabricar títeres fácilmente reemplazables y sin valor. Los «mayores» no los aprecian. Con los títeres de La Granja de Zenón pasa todo lo contrario: nadie quiere deshacerse de ellas ni se quedarán olvidadas en un rincón cuando pase el tiempo.
Tu bebé desarrollará una creatividad para las artes escénicas que le aumentará la confianza y la capacidad para relacionarse con las personas, a la vez que se inventa guiones de ensueño.
Quién sabe, igual estamos ante el próximo Woody Allen.